Actualizado octubre 30, 2015
En la Iglesia primitiva, los cristianos se reunían en la tarde del Sábado Santo para orar y para conferir el sacramento del bautismo en catecúmenos. Según señala la Enciclopedia Católica, en la Iglesia primitiva, «el Sábado Santo y la Vigilia de Pentecostés eran los únicos días en los que se administraba el bautismo”. La vigilia en estos tiempos duraba toda la noche hasta la madrugada del Domingo de Pascua, cuando el Aleluya era cantado por primera vez desde el inicio de la Cuaresma.
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